El día que comenzó mi camino: Mi historia con el cáncer de mama
Todo empezó con algo tan pequeño que parecía insignificante: una ligera retracción en mi mama derecha. Pensé que era uno de esos cambios normales del cuerpo, quizá por engordar y adelgazar. No le di importancia en ese momento. Pero una semana después, noté que la retracción era un poco más evidente. Fue entonces cuando decidí que algo no estaba bien y fui al médico.
Ahí comenzó mi camino. Me enviaron a hacer una mamografía urgente, y en los resultados apareció algo que no parecía estar en su lugar. No había certezas todavía, así que me mandaron una biopsia para investigar más a fondo. Recuerdo ese periodo como una montaña rusa emocional, donde la esperanza y el miedo iban de la mano.
Cuando llegaron los resultados de la biopsia, las cosas dieron un giro inesperado. Repitieron una mamografía con contraste, esta vez en la mama izquierda, y encontraron el mismo grupo de células. Una segunda biopsia confirmó lo que tanto temía escuchar: era malo. Aquello fue un jarro de agua fría que me dejó sin aliento por un momento.
El 19 de noviembre me operaron. Fue un día lleno de emociones, pero también de esperanza. Ahora estoy en reposo, procesando todo lo que he vivido en tan poco tiempo.
En estos días difíciles, una frase se quedó grabada en mi corazón, dicha por alguien muy especial: “Esther, espabila, que estoy para ti. Después de haber pasado tanto, esto está chupado.” Esas palabras me recordaron lo fuerte que soy y que este desafío no define quién soy, sino cómo lo enfrento.
Hoy, al compartir mi historia, quiero recordarles a todos la importancia de escuchar a nuestro cuerpo y cuidarnos, no solo por fuera, sino también por dentro. Este camino, aunque duro, me ha enseñado a valorar cada día, a mí misma y a quienes están a mi lado.
By Esther 💪🏻
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